No necesitaba ni de ángeles ni de silencios
Era un hombre como otros hombres y ninguno.
Era un hombre de palabras y de vez en cuando de palabra.
Más las veces que el cuando.
Caminó. Como pocos caminó.
Caminó perdiéndose para encontrarse.
Puede que en sus últimos hálitos de vida
haya encontrado lo que andaba buscando.
(Este poema es para el padre de uno de los hombres que más amo. Su cuerpo sonoro ya no nos acompaña. Fue la única persona que vió mi obra dos veces. Era mi fanático número uno. Lo quise desde la primera vez que lo ví.)
Descanse como quiera descansar Don Fernando.
1 comentario:
me llena de mucha tristeza esta noticia. no lo esperabamos. hablamos pronto.
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